viernes, 20 de febrero de 2009

Y SE LLAMABA RICARDO

Por Leomas

García Cadena estaba llena de risas, juegos, caballos, ganado, trenes y cultivos. Allí en medio del silencio el joven visitante regó su plantío. Dos razas entrelazadas que no los dejan saludar y dos pueblos distantes de riquezas y del río. Tres ideas de familias, contrarias a los nuevos amigos.

El Hospital cerró sus puertas muy en la madrugada y el expreso automóvil llegó con gente muerta de frío. Subir al último piso les costó varios suspiros. Las enfermeras les dijo: Allí está él pero ya no siente escalofrío.

Sábanas blancas sobre su cuerpo, cubrían su rostro dorado. Su risa de ángel divino, llenó todos los vacios. Los médicos dijeron en coro: El ya no regresará al combate. Al ver la nueva mirada, sabían que la de él fue brillante.

No entendieron la crueldad de ese día inesperado y pensaron que el sol se detuvo. No comprendieron la gravedad y el mundo los hizo testigos. Lágrimas sobre el colchón y algunas sobre la almohada, regaban su parentela. Látigos en el corazón cayeron como centella.

La noche se hizo bien corta y la mañana llegó. Gritos desgarradores de su vieja, se escucharon en el balcón. Claveles sin el rocío hicieron algunas congojas. Un fuerte viento sembró oscura conmoción. Testigos de la tristeza estaban en todas partes y rosas fuertes y rojas, se esparcieron como diamantes.

Tristes quedaron los dolientes como águilas plateadas sin control. Hay palomas en la ventana dijo quien abría el postigo. Hay gente en el primer piso y todos lloraron de lástima.

El suelo dejó la jornada y el calor los hizo despertar. La sirena dió la retirada y cada llanto dejó de sonar. Hay hechos de causa en refriega, que niegan el ocaso azulado. Recorre cada suceso un hermoso manantial y aún en las noches frías, estás allí como oro sin lugar.

Cosas de la vida dice el poeta sin causa. Traiciones clama el pariente cuando no hay quien pague la fianza. Todos siguieron allí por horas esperando que despertara y alguién quiso decir: Esto no es un sueño y desde hoy habrá distancia.

Hoy está en la pared para siempre su hermoso y bello retrato.

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